El golf tiene un protagonista

Cada vez que nos enfrentamos con un golfista, como entrenadores, nos encontramos ante una situación única, excepcional, en definitiva, maravillosa.

Se nos brinda la oportunidad de acompañar en un proceso de cambio. Y como todo cambio, nosotros lo estructuramos en tres tiempos:

 

El PRIMER TIEMPO; en esta etapa debe producirse  una negociación entre dos o más personas (deportista vs entrenadores); una o varias de ellas ponen todo su conocimiento, experiencia y pasión; y la otra pone confianza, ilusión y disciplina.

El SEGUNDO TIEMPO; donde las conclusiones aparecen, se actúa y se corrige, si es necesario, o se actúa y se valora, que es una cualidad en desuso. Es el grueso de nuestras sesiones de entrenamiento.

El TERCER TIEMPO, el más importante, es aquel en el que el deportista está a solas; en su entrenamiento, práctica bloqueada , imaginación en positivo o cualquier competición; tiene confianza en su trabajo, con una gestión óptima de sus recursos y cualidades; con las riendas de su entrenador admirando desde cerca o lejos su perseverancia.

 

Dicho esto, me encantaría decir que, nuestra labor como entrenadores, no sólo es un placer sino que también es un papel imprescindible y protagonista para que todo golfista sea mejor, pero sería poco honrado.

Bajo mi opinión, aunque sea un pensamiento masoca, se puede llegar a ser un formidable jugador, una jodida leyenda, siendo autodidacta. Por mucho marketing de escuelas que queramos vender, El protagonista del golf es el JUGADOR, que no se nos olvide.

«Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro»

RAMÓN Y CAJAL (Premio Nobel de medicina en 1906).